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Conócete
a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses.
Josep
Gonzalbo Gómez
En la antigua Grecia, en la ladera del monte Parnaso, se hallaba el
Oráculo de Delfos, un importante templo de peregrinación
donde los griegos y otros pueblos del Mediterráneo acudían
a consultar al oráculo sobre todo tipo de cuestiones, desde
asuntos personales hasta decisiones de estado.
El oráculo era famoso por sus profecías, que se creía
que eran revelaciones directas de Apolo, el dios griego de la música,
la verdad y la profecía, entre otros.
Las profecías eran pronunciadas por una sacerdotisa llamada
la Pitia, que entraba en un estado de trance inducido por vapores
que surgían de una grieta en el templo.
La Pitia entonces emitía respuestas a las preguntas que se
le formulaban, respuestas que a menudo eran enigmáticas y requerían
interpretación.
Antes de plantear cualquier consulta a los dioses, se aconsejaba al
viajero investigar su propia esencia, pues sin ese autoconocimiento
no sería posible interpretar las enigmáticas profecías
del oráculo.
Por ese motivo en la entrada del templo había una inscripción
que decía "Conócete a ti mismo y conocerás
al universo y a los dioses"
Ya en nuestro tiempo,
Conócete a ti mismo,
implica
desarrollar la capacidad de observar tus pensamientos, emociones y
acciones desde una perspectiva desapegada.
A
medida que te conozcas mejor a ti misma, a ti mismo, podrás
entender más claramente tus motivaciones, tus deseos, tus miedos
y tus sueños.
Conocerás al universo, al desarrollar la conciencia testigo
y profundizar en el autoconocimiento, puedes comenzar a ver cómo
estás interconectado con todo lo que te rodea.
La
psicología espiritual sostiene que todos estamos interconectados
en un nivel fundamental, y que cada uno de nosotros es una expresión
única de la energía universal o divina.
Al
conocerte a ti mismo, a ti misma, puedes entender más claramente
qué parte impresincible eres de este universo interconectado,
pues tus pensamientos y tus emociones no son fenómenos aislados,
sino que están influenciados por y tienen un impacto en todo
el mundo que te rodea.
Conocerás a los dioses, en la medida que profundices en la
conciencia testigo vas a desarrollar una comprensión más
profunda de la realidad espiritual, pues a medida que tu atención
se focaliza en el observador, en tu ser silencioso, conocerás
a los dioses, es decir, fluirá en ti la intuición.
En definitiva, el Oráculo de Delfos sirve como un poderoso
símbolo de la búsqueda de la sabiduría y la autorrealización
en la tradición griega antigua, y esta búsqueda es tan
relevante hoy como lo era entonces.
¿Eres perfeccionista?
Desde la perspectiva de la psicología espiritual, el perfeccionismo
es como un deseo intenso de alcanzar la perfección en todas
las áreas de la vida, con el objetivo de alcanzar metas internas
muy altas o incluso inalcanzables.
Este deseo de alcanzar esas elevadas metas suele albergar un intento
de llenar un vacío interior o satisfacer una necesidad de amor
y aceptación.
Una persona puede creer, consciente o inconscientemente, que al ser
perfecta, será más amada, aceptada, valorada o respetada.
Además ese perfeccionismo denota una identificación
excesiva con su personalidad en lugar de una orientación centrada
en su Yo Superior o Alma.

Aquí tienes una lista de síntomas de las personas perfeccionistas:
1. Desequilibrio entre el hacer y el ser: Las personas perfeccionistas
a menudo se centran demasiado en el hacer, lograr y cumplir, a expensas
de simplemente ser. Esto conduce a un desequilibrio en su vida y a
una desconexión de su auténtico ser interior.
2. Falta de autocompasión: Los perfeccionistas a menudo son
duros consigo mismos y pueden carecer de compasión y bondad
hacia ellos mismos. Esta falta de autocompasión puede ser un
signo de una desconexión de su esencia espiritual, que es inherentemente
amorosa y compasiva.
3. Descontento crónico: A menudo, los perfeccionistas no se
sienten satisfechos con sus logros. Siempre buscan más y más
y raramente se detienen para apreciar lo que ya han logrado. Este
constante descontento puede ser un signo de una búsqueda espiritual
insatisfecha e inadecuada
4. Ansiedad y estrés: El perfeccionismo a menudo se asocia
con altos niveles de ansiedad y estrés. Desde una perspectiva
espiritual, esto puede ser un indicativo de una falta de confianza
o fe en el flujo natural de la vida y una excesiva dependencia del
control personal.
5. Dificultad para aceptar la imperfección: Los perfeccionistas
a menudo tienen dificultades para aceptar la imperfección,
tanto en ellos mismos como en los demás.
6. Identificación con los logros: Los perfeccionistas a menudo
se identifican fuertemente con sus logros externos y su rendimiento.
Esto puede ser un indicativo de una desconexión de su verdadero
ser, que es independiente de estos logros externos.
Desde la Psicología Espiritual, todos somos seres inherentemente
divinos y perfectos en nuestra esencia más profunda. La "perfección"
en este sentido espiritual no se refiere a la ausencia de defectos
o al cumplimiento de ciertas normas externas, o alcanzar ciertas metas.
La perfección se refiere nuestra naturaleza esencial, nuestra
Alma, la cual es una expresión individual de la consciencia
universal divina.
Esa es la dirección de búsqueda.
Josep
Gonzalbo Gómez