¿Cuál fue el famoso caso judicial contra Leadbeater?

Por Juan Ramón González Ortiz

 

revista nivel 2

 


He querido escribir un artículo, que forzosamente ha de ser breve sobre uno de los temas más espinosos e incómodos que existen en el mundo del esoterismo: el “affaire” Leadbeater. Quien desee profundizar en esta historia tiene muchísimo material en Internet, demasiado. Abundan más los que se posicionan en contra de nuestro autor, que los que intentan comprender lo que en esos momentos pasaba por la mente de C. W. Leadbeater (C. W. L.).
Existe una famosa frase del Tibetano, en el segundo volumen de Psicología esotérica, defendiendo a Leadbeater, afirmando su sinceridad y la altura de la cima a la que llegó en el sendero de la realización. Con esto deberá de bastar para los que valoramos las palabras y la enseñanza del Tibetano. El Maestro Tibetano es un adepto, con la iniciación Asheka a sus espaldas. Está, por tanto, más allá de cualquier intento de engaño, y del engaño en sí mismo.
Personalmente, opino que Leadbeater era sumamente estrafalario y brusco, como todos los maestros, como la propia Blavatsky, y decía lo que le parecía bien al margen de los condicionamientos de la moral o de la sociabilidad del mundo de entonces. Recordemos que el jovencito Krishnamurti tenía la costumbre de permanecer con la boca abierta, a pesar de las advertencias de Leadbeater, pues bien, un día, este, que era su principal instructor espiritual, se la cerró de un brusco manotazo. Ese día se rompió todo, o casi todo, para Krishnamurti en la relación personal con su maestro, aunque todavía seguirían juntos muchos años y a pesar también de que Leadbeater sería su padrino en las primeras iniciaciones.
Como vemos en este hecho, la brusquedad de C. W. Leadbeater era total.
Desde luego la biografía de Tillett sobre Leadbeater, The Elder Brother, es descorazonadora por lo crítica que es. Muchos datos presentados en este pequeño artículo proceden de este libro, pues Tillett recogió todos los interrogatorios y todas las vicisitudes del proceso contra Leadbeater.
Por culpa de esta historia tan desafortunada, muchísimas personas abandonaron el movimiento teosófico y abjuraron de todo lo Sagrado, sumergiéndose con renovadas ansias en el mundo de lo material; por culpa, también, de estos sucesos la Iglesia Católica Liberal quedó en entredicho, y muy mermada y desprestigiada. Incluso la obra de Alice Ann Bailey se vio afectada por la oleada de críticas que llegan hasta nuestros días.
Todo comenzó con una declaración que firmó C. W. L. afirmando que había tocado las partes íntimas de unos, concretamente dos, pupilos a su cargo. El fin de estos tocamientos era enseñarles maniobras de autosatisfacción. C. W. L. realizó esta sorprendente declaración después de las quejas de dos chicos cuyos padres eran miembros de la Sociedad Teosófica.
Los dos chicos interrogados proclamaron, para empeorarlo todo, que Leadbeater también dormía con ellos, en el mismo lecho. Recuerdo al lector que también Ghandi, casi al final de su vida, inocentemente, comentó que dormía con sus dos sobrinas y que estaba muy contento de no tener pensamientos o deseos libidinosos.
Annie Besant fue la primera que se enteró de las denuncias y consideró que, dada la altura espiritual de C. W. L., la lujuria o los deseos más innobles quedaban descartados.
Leadbeater adujo que el estudio del aura y de los cuerpos sutiles de esos chicos le reveló la situación que padecían, y los sentimientos que bullían en sus cuerpos. El teósofo pensó, entonces, que, dado ese estado interior, la masturbación era la salida natural al problema.
Los problemas fueron a más cuando en un centro de Toronto se halló una carta de C. W. L. dirigida a uno de estos dos chicos. Esta carta estaba cifrada en un código que solo conocían los implicados. El hecho de que la carta estuviera cifrada le valió a Leadbeater la acusación de que escribía en un código para ocultar su mala conciencia. Tillett cuenta cómo de esa carta se sacaron copias y más copias que fueron repartidas por todas las sedes y domicilios de afiliados y simpatizantes de la Tesosofía.
En dicha carta, C. W. L. comentaba al interesado que “dos veces por semana está permitido”.
Leaadbeater admitió reconocer la carta, pero no tal y como se la presentaron, por lo cual Annie Besant dijo que todo era una falsificación.
La sección estadounidense exigió que C. W. L. fuera expulsado, o que al menos compareciese ante un tribunal de honor de la propia Sección Británica de la ST. La sección estadounidense envió un emisario para entrevistarse con Olcott, Secretario general de la sección británica. Esta sección siguió insistiendo en el interrogatorio ante un jurado, con la posible expulsión de Leadbeater. Aclaró que, si el interesado renunciaba a su pertenencia a la ST, el interrogatorio sería evitado.
Puesto que Leadbeater no dimitió, se organizó una “comisión”. Tillet en su biografía recoge los interrogatorios, que fueron tremendamente directos.
El 16 de mayo de 1906 se inició la audiencia.
Con respectos a los tocamientos, C. W. L. afirmó que “puede que hubiesen tenido lugar”. Admitió que “los consejos” fueron dados, aparte de los dos casos que se estaban juzgando, a más chicos, sin recordar muy bien la cifra, pero siempre menos de veinte. Leadbeater aclaró que su intención fue aconsejar esta práctica “a partir de lo que vi en otros planos”.
En medio de su intervención, Leadbetaer empeoró notablemente las cosas diciendo que una cierta organización cristiana con base en Inglaterra, para hombres jóvenes, “trata este problema de la misma manera”. Como C. W. L. no aclaró de qué organización estaba hablando, la gente creyó que se refería a la educación que se impartía en los seminarios, con lo cual el enfado fue todavía mayor.
Acabado el interrogatorio, Leadbeater fue expulsado de la sala y se leyó la conclusión final: “Leadbeater ya no es miembro de la Sociedad Teosófica”.
Annie Besant se sintió desolada porque nunca dejó de creer en la bondad de las intenciones de C. W. L. y en la pureza de sus pensamientos. Siempre lamentó aquel interrogatorio, que podía haberse evitado si nuestro teósofo hubiese dimitido previamente. De hecho, Annie Besant amenazó también con dimitir ella misma.
Pocas semanas más tarde del juicio, Besant expresó en una carta a los miembros de la Sección Esotérica de la ST ciertas críticas a Leadbeater. Ella creía en que la prescripción de Leadbeater estaba guiada por las buenas intenciones y “como un último recurso para rescatar a los chicos de las garras de las pulsiones del sexo”. Pero se daba cuenta de que la sugerencia se acabó convirtiendo en un hábito degradante.
Esta carta fue un durísimo golpe para Leadbeater. Aún así, nunca rompieron, sino que continuaron intercambiándose cartas con toda normalidad.
Al poco tiempo de escribir la carta, Besant cambió de opinión y escribió una carta totalmente favorable a nuestro hombre. Incluso se juzgó a sí misma como presa del “espejismo” con respecto a la opinión personal de su propio trabajo con C. W. L.
Hay que decir que también la sección hindú de la ST se sintió horrorizada cuando supo lo ocurrido y presionó a Annie Besant para que se separase definitivamente de aquel hombre o que al menos le mostrase una total frialdad e indiferencia. Y, efectivamente, así fue, y Besant trató a nuestro teósofo durante algún tiempo con distanciamiento y con una actitud muy formal.
Sin embargo, la relación entre Leadbeater y Besant era tan profunda que ni siquiera un escándalo de estas dimensiones pudo con ella. Y para 1907, de nuevo, los dos estaban trabajando juntos, nuevamente, en investigaciones ocultistas.
A medida que iba extendiendo la historia del “caso” Leadebeater por todas las agrupaciones de teósofos, las protestas de los enemigos se fueron volviendo tan intensas que el Secretario General, van Hook, se sintió obligado a hacer un referéndum sobre la presencia de Leadbeater en la ST. El resultado fue abrumador: casi 1300 votos a favor de C. W. L. contra 285 en contra.
En diciembre de 1907, van Hook, “inspirado por los Maestros”, tomó la determinación de readmitir a C. W. L.
Besant empezó a referirse a Leadbeater como un verdadero mártir, al cual la ST, y ella misma, habían maltratado. Y comparó el sufrimiento de nuestro teósofo a las terribles experiencias que debe de pasar un candidato para lograr la Cuarta Iniciación, la del Arhatado.
Sin embargo, los miembros de la sección británica no estaban dispuestos a dar marcha atrás tan rápidamente y a mirar para otro lado, como si nada hubiera pasado. La sección británica insis

tió en que “los Misterios han estado rodeados y manchados por los crímenes sexuales más asquerosos, porque los Altos Misterios tienen que ver principalmente con el Misterio de la regeneración”.
El hecho de que Leadbeater no respondiese a ninguna acusación y de que, al menos aparentemente, se mostrase indiferente era, según sus enemigos, una muestra patente y clara de que no tenía valor para defenderse pues sabía que eso era imposible. Aun así, en febrero de 1909, Leadbeater regresó a la sede de la ST en la India, en Adyar. Besant fue quien le dio la bienvenida.
Muy poco después, en el mes de abril de ese mismo año, C. W. L, descubría a Krishnamurti. Según Tillett, esto lo hizo para subir de nivel y asumir un nuevo rol dentro de la ST.
Para entonces, muchos miembros eminentes ya se habían separado a perpetuidad de la ST. El descrédito también había caído no solo sobre la ST sino también sobre la Iglesia Católica Liberal, que fue duramente examinada por los críticos de la ST, pues C. W. L. era obispo de esta institución.
La iglesia anglicana se lanzó a fondo contra la Iglesia católica liberal cuando descubrió que Frederick S. Willoughby, uno de los primeros obispos, fue acusado de homosexualidad mientras era titular de la iglesia anglicana, motivo por el cual hubo de abandonar la Iglesia anglicana. También se descubrió que Mathew, que fue el que consagró a Wedgwood, el cual fue el fundador de este movimiento, había sido previamente un sacerdote católico romano que había abjurado de su ministerio.
Todos se reían de la “sucesión apostólica” de la Iglesia Católica Liberal.
La cosa llegó a tanto que Wedgwood, fundador de esta Iglesia, fue expulsado de la Sección esotérica de la ST.
Los sucesivos escándalos llegaron a tanto que en 1917 un investigador envió las pertinentes informaciones al Fiscal General del estado australiano de Nueva Gales del Sur rogándole que actuase contra Leadbeater, pues en aquel entonces nuestro hombre vivía en esa demarcación. La policía hizo una breve investigación e interrogó a los niños de un matrimonio de teósofos. No encontrando nada anormal, no se procedió contra Leadbeater. Pero el archivo se mantuvo abierto.
La cosa volvió a complicarse de nuevo cuando la señora de ese matrimonio de teósofos que hemos citado más arriba, y que alojaba a Leadbeater en su casa, afirmó que había visto a C. W. L., dormir en compañía de niños desnudos…. Ya estaba otra vez montada la gresca…. Esta vez en Australia.
Como no podía ser menos, T. H. Martyn, el esposo de la referida señora, y secretario de la Sección Esotérica para Australia, se quedó horrorizado cuando supo lo que estaba pasando. Martyn acabó concluyendo que “Leadbeater es un pervertido sexual”.
Esta vez las acusaciones también fueron para Wedgwood, que por aquel entonces vivía en Sydney. Concretamente, la acusación contra este era peor que sobre Leadbeater, pues, a la vista de las muchas declaraciones, se fulminó
LeadbeaterAnnie BesantKrishnamurti
contra Wedgwood la imputación de sodomía y su participación sexual con niños. Era todo tan horroroso que los jefes de la ST lo explicaron todo diciendo que Wedgwood no estaba iniciado.
En Londres se airearon también todos los actos de Wedgwood. Incluso, los semanarios humorísticos, abiertamente, se burlaban de la ST.
La verdad es que ese año, 1920, fue una pesadilla para la ST.
Mientras tanto, en Australia, la policía tomaba declaraciones de todos los implicados en el segundo “affaire” Leadbeater: criadas, sirvientes, simpatizantes, incluso también Krishnamurti fue entrevistado.
La investigación no fue concluyente en ningún tema ni aspecto. Mostraba a un hombre con una personalidad excéntrica y con unas ideas muy particulares sobre el sexo. Sin embargo, salió a la luz pública que C. W. L. se bañaba con chicos desnudos y que dormía con sus alumnos desnudos. Peor al menos no se le involucró en más actividades inapropiadas.
Martyn se centró en perseguir a la Iglesia Católica Liberal, a la que consideraba “una pandilla de pederastas”. Y finalmente, Wedgwood fue también expulsado de la ST.
La policía concluyó que ningún adolescente afirmó más irregularidades que esas que hemos comentado. Pero admitía que los chicos eran tan devotos de Leadbeater que puede que estuvieran mintiendo.
Hubo un niño, sin embargo, que entregó un informe en el que describía algo más que dormir desnudos. Se trataba de tocamientos con los cuales, C. W. L., pretendió enseñar al chico cómo autosatisfacerse; esto ocurrió entre 1915 1916.
El Fiscal de la Corona decidió que todas estas acusaciones eran imposibles de probar ante un tribunal.
Aunque Leadbeater salvó el pellejo, la catástrofe para la ST fue total y absoluta. Las fugas y desbandadas de miembros y simpatizantes de la ST fueron imparables. Todos los que abandonaron la ST estaban convencidos de que C. W. L. practicaba algún tipo magia negra sexual o tantra…. Bien pronto se empezaron a extender todo tipo de rumores sobre las prácticas de Leadbeater, incluso con testigos y con declaraciones por escrito sobre esos experimentos… El libro de TIllett os detalla de qué se hablaba, a mí se me hace muy cuesta arriba referirlo aquí…
En ningún momento, en esta nueva aventura, se quebró la amistad y la confianza con Besant.
Tras los sucesos de Australia, C. W. L. retornó a la India y en 1925 escribió su gran obra “Los maestros y el sendero”.
He omitido mucho del caso Leadbeater. Pero lo fundamental está tratado en el artículo. La verdad sigue siendo un misterio. Yo me guío por la opinión del Maestro Tibetano, para el cual no hay engaño posible, el cual consideraba a C. W. L. un hombre muy evolucionado espiritualmente.
Juan Ramón González

 

 

 

revista nivel 2

REVISTA NIVEL 2. NÚM 41. AGOSTO 2025

 

REVISTA NIVEL 2

REVISTA NIVEL 2, NÚM 40

abril2025

revista nivel 2

Revista Nivel 2, ENERO2025

 


REVISTA  NIVEL 2   EN FACEBOOK

ENLACES A OTRAS PÁGINAS

 


 

 

revista nivel 2
SarSas

revista nivel 2