Consejos para el mago blanco
(Extracto del libro Tratado sobre Magia Blanca o El Camino del Discípulo. Alice Bailey-Maestro Tibetano Djwhal Khul)
Es evidente, por lo tanto, que la unidad manifestada, el hombre, es exhortado a ser vital en su búsqueda y a cultivar su aspiración.
Cuando esa aspiración es suficientemente fuerte, entonces es instado a alcanzar la capacidad de "mantener su mente firme en la luz.".
Cuando pueda hacerlo, adquirirá el poder y poseerá el ojo único que redundará en la gloria de la divinidad inmanente. Sin embargo, hasta no haber dominado este proceso de desarrollo, no puede confiársele el poder. El procedimiento es el siguiente:
Transmuta el deseo en aspiración, y esa aspiración es vital y verdadera. Aprende el significado de la luz.
Cuando ha dominado la técnica de la meditación (y de esto se ocupan ciertas escuelas que existen actualmente) podrá manejar el poder, porque habrá aprendido a actuar como un Pensador divino. Ahora es un colaborador y está en contacto con el Propósito divino.
¿Qué puede hacerse entonces? Tengo sólo una palabra que decir, y ella es: persistir.
El trabajador en magia blanca debe mantenerse en lo posible libre de identificarse con aquello que ha creado o intenta crear. El secreto para todos los aspirantes es cultivar la actitud del observador y del vigía silencioso.
Todos los trabajadores del campo mundial deben reconocer la necesidad del desapego silencioso, y el trabajo de los estudiantes que leen estas instrucciones consiste en cultivar una actitud de desapego.
El desapego mental capacita al pensador para morar siempre en un lugar elevado y secreto, y desde ese centro de paz llevar a cabo con calma y poder, el trabajo que se ha propuesto.
Trabaja en el mundo de los hombres, ama, consuela y sirve; no presta atención a la simpatía y antipatía personales, ni a prejuicios ni apegos; se mantiene fuerte como una roca y como una mano tendida en la oscuridad, para todos aquellos con quienes entra en contacto.
El cultivo de una actitud personal de desapego, con una actitud de apego espiritual, cortará las raíces de la vida del hombre, pero devolverá mil veces todo aquello que ha cortado.
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