https://www.pinterest.es/pin/468796642475675985/
EL ASPIRANTE ESPIRITUAL Y EL RECONOCIMIENTO DEL MUNDO DÉVICO
Octavio Casas Rustarazo
Digamos que la misión del deva, como esencia propia de lo que es, es realizar todo aquello que el hombre piensa, teniendo en cuenta, además, que dicho pensamiento ya es otra forma de luz en sí misma, pues partimos de la base de que dicho pensamiento procede de su propia alma, que es otra esencia de luz; y es en el campo de manifestación o plano existencial donde se produce éste milagro de transmutación o fusión de energías, que conducen a la creación o concretización de los diferentes hechos que vivimos, pues nos movemos en un Universo de energía o éter consubstancial que es en sí el campo de expresión o manifestación, y todo regido por leyes sagradas.
Si, por ejemplo, nos vamos al campo de la astrología, veremos que la base de la misma parte de la ley elementaria: fuego, tierra, aire y agua, en términos más científicos diríamos, caliente, seco, frío y húmedo. https://www.pinterest.es/pin/1337074886261894/ Así, por ejemplo, Marte estaría compuesto mayormente por aquellos elementales dévicos relacionados con lo caliente y seco, y la Luna, con aquellos que son de constitución más fría y húmeda. Los signos zodiacales están asimismo guardando su diferente proporcionalidad elementaria, por ello se dice que cuando un planeta está en su mejor posición zodiacal, es porque la composición elementaria de planeta y signo tienen prácticamente la misma o parecida proporcionalidad. Aries, como signo de fuego, rimará perfectamente con Marte, y la Luna con Cáncer por ser signo de agua. Existen tres signos de fuego: Aries, Leo y Sagitario, pero cada uno con diferente proporcionalidad elementaria, así como polarización en su ritmo de manifestación, o sea, cardinal o de dinamismo, fijo o de estabilidad, y mutable o de adaptabilidad.
De igual manera, las leyes universales llamadas de Ritmo o movimiento y de Polarización o dualidad, masculino-femenino, positivo-negativo, exterior-interior, están interviniendo en los variados planos existenciales, y gracias a todo ello vemos no sólo la diversidad de formas manifestadas en el plano físico, sino también su influencia en los pensamientos, sentimientos, es decir, en el campo emocional y mental.
En el Universo todo es una fusión de energías, entendiendo que las mismas están regidas por dichas leyes universales en su origen, por tanto, nada es casual sino causal.
Singularmente dicho reconocimiento no requiere en ningún momento la aparición de nada especialmente extraordinario, simplemente es una cuestión de atención, atención a todo cuanto sucede a nuestro alrededor, nuestras emociones, sentimientos y especialmente en aquel proceso mental que muchas veces representa un freno o impedimento a esa capacidad de observación que no juzga, no elabora esa multitud de ideas que frenan lo que Vicente llama la serena expectación, como bien dice: “pensar con el corazón y sentir con la mente”, es, digamos, el proceso inverso. Por supuesto, la voluntad y la intención son determinantes a la hora de vivir con esa atención requerida que finalmente nos lleva a esa conexión dévica que poco a poco irá afianzándose en nuestro diario vivir. Un sentimiento o conciencia de paz, una natural humildad en el diario vivir, son signos de que estaremos en el camino correcto.
Nos comenta Vicente: “Bien, entonces, si hay paz es que hay un contacto dévico; ¿podemos suponer que estemos en estos momentos tan dentro del mundo dévico que sintamos la paz? Porque la paz siempre viene de una gran efusión de fraternidad; es decir que el hombre y el ángel son de idéntica naturaleza porque provienen de Dios; … Lo que me interesa a mí es crear un arquetipo humano, como los devas tienen su propio arquetipo; como cada reino, cada especie de la naturaleza tiene su propio arquetipo de perfección, lo cual no significa que sea una meta rígida, sino que va evolucionando el arquetipo también a través de las edades. Entonces, a la pregunta de si el hombre y el deva son de la misma naturaleza se puede contestar que sí; ahora, lo que varía es la forma, porque el individuo o el ser humano tiene una forma cualificada para expresar ciertos impulsos naturales; y el deva, el ángel, está cualificado para otra serie de impulsos o reacciones del espacio provenientes del éter. Bien, entonces lo que significa esto es que lo que hay que buscar en todo caso es el equilibrio entre el hombre y el ángel para encontrar la paz y, entonces, si hay paz, para mí está todo dicho. Yo, cuando siento que hay paz, pierdo los argumentos, porque no quiero perder el éxtasis de la Paz, por tanto, si Uds. me lo permiten, yo haría ahora el silencio.”
https://seriedepinturas.blogspot.com/2021/03/victor-nizovtsev.html?m=1
En palabras de Vicente: “Y aquí hemos tenido fenómenos dévicos sin darnos cuenta, y cuando hemos empezado a crear silencio ya había aquí una presencia dévica de gran importancia que dejaba el ambiente casi en silencio sin esfuerzo de nuestra parte. Es decir, que yo no podía allí cuando se hablaba de devas hablar de que el silencio está muy relacionado con el mundo dévico, primero porque quizás como no me conocen tanto creerían que estoy divagando, haciendo algún acto de romanticismo en el mundo de la conciencia, pero esto no es verdad. Es que cuando a la persona le hablas de expectación le hablas de un contacto dévico, cuando hablas de atención hablas de una formulación de conciencia mirando los acontecimientos que se van proyectando. Entonces, cuando se produce un acontecimiento y no le ofreces resistencia, que ha sido el campo de batalla de estos días, hay una entidad dévica detrás de esta voluntad tuya, y a medida que se va afianzando esta voluntad se convierte en un hábito, el acto de contemplar, el hábito de estar en continuo y perpetuo estado de atención, esto es algo que viene provocado por la voluntad del hombre de resolver un problema y la voluntad del deva de que este problema sea resuelto. Lo mismo que hay quien puede producir el milagro de la lluvia hay quien puede producir el milagro de la expectación, pero tras el milagro de la expectación y el milagro de la lluvia siempre hay ángeles o un grupo de ángeles, o de devas.”
|