El
Camino de las Iniciaciones en la Humanidad y en el Discipulado. (I)
J.A.
Pretendo
que estos artículos, sean directos y fáciles de entender,
evitando las terminologías complicadas y los tecnicismos, que
tanto suelen confundir a aquellos que comienzan a caminar en este
mundo tan abstracto para muchos, y en numerosas ocasiones, de muy
difícil comprensión.
El que quiera conocer la terminología y los tecnicismos esotéricos,
encontrará abundante bibliografía, donde profundizar.
Aquí solo pretendo clarificar esos conceptos, en muchos casos
farragosos e incluso incompresibles para la mayoría, con el
fin de dar acceso comprensible a este mundo, que se gesta lentamente
en nuestro interior.
A pesar de que este camino ha existido desde mucho antes de que el
Planeta Tierra albergara vida humana, siempre fue un camino secreto.
Solo destinado a unos pocos humanos avanzados, que se esforzaron en
recorrerlo con grandes sacrificios y expuestos a duras pruebas. Pruebas,
con las que forjaron su espíritu, en el yunque más duro,
el yunque de la vida humana.
El Cuarto Reino en sí, es un semillero de Grandes Seres, de
seres que cuando lleguen a su plenitud de crecimiento y experiencia,
a los Mundos Superiores, serán los Guías de otros muchos
que seguirán estos pasos.
Todos los que llegan a estos niveles, desarrollan capacidades creadoras
superiores. Por lo que para ganarse ese merito, se han de pasar pruebas
vitales muy difíciles. No es un camino para débiles,
ni pusilánimes, es el verdadero camino de la Verdad.
Según se dice en los más antiguos textos, “muchas de
estas unidades humanas, serán los que encarnen como futuros
planetas, donde el Dios Uno, podrá reflejar su esplendor y
grandeza, a través de ellos”.
Cuando nos referimos a planetas, también nos referimos a sistemas
solares, a galaxias y de todo aquello que nuestra pequeña capacidad
intelectual actual, sea capaz de poder imaginar.
Si esta afirmación es correcta, quiere decir que los grandes
Logos, tanto de planetas sagrados, o no sagrados, Soles, grandes Constelaciones
y Galaxias, pasaron en remotos Universos, por todos los Reinos inferiores
de los que ahora nosotros somos conscientes, siendo el Reino Humano,
el Reino de inicio de un Camino Glorioso.
Este es un camino que fue traído a la Tierra por grandes iniciados
procedentes de Venus, estos Iniciados llamados Kumaras, al frente
de los cuales se encontraba el Gran Iniciado Sanat Kumara, fueron
los que instauraron la Jerarquía Planetaria en el Planeta Tierra,
que desde entonces rige los destinos de nuestro Planeta.
Se nos dice también, que Venus y la Tierra están kármicamente
ligados desde tiempos inmemoriales, considerándose a Venus
como el AlterEgo de la Tierra.
Este gran Iniciado es el que desde entonces rige y dirige el destino
de nuestro planeta Tierra, en representación del Señor
del Mundo.
Volviendo a la historia; Sanat Kumara llegó a la Tierra, hace
unos 18 millones y medio de años, con 111 Kumaras mas, y se
instalaron en nuestro planeta, en un lugar al que la tradición
ha dado llamar “La Isla Blanca de Shambala”. Esta isla situada en
el entonces mar del Gobi, hoy en día es un desierto, el desierto
del Gobi.
Sea donde sea que esté, es un lugar secreto, cuyo nivel más
bajo está ubicado en el último subplano del plano etérico
físico, por lo tanto, no visible para la gran mayoría.
Está
poderosamente protegido por grandes y extraordinarias entidades de
origen terrestre, llamados Asuras.
Quienes pretendan entrar allí, dentro “del Circulo no se Pasa”,
sin la palabra de pase, y después de ser advertidos, son eliminados.
Estas palabras de pase, solo la poseen aquellos que han llegado a
niveles espirituales muy elevados.
Hace aproximadamente unos 18 millones y medio de años, tal
y como rezan los textos más antiguos, se importó, desde
Venus, una réplica de lo que en ese planeta se había
impuesto con gran éxito.
La
Humanidad de Venus había progresado de forma extraordinaria
en un tiempo record con este método.
Se importó un sistema de instrucción y exámenes
en base a la experiencia vital, para acelerar la evolución.
A este sistema se le denominó sistema Iniciático o de
grados, que culmina en exámenes llamados Iniciaciones. Esto
es lo que hoy en día nos ha llegado a nosotros.
Estas iniciaciones son la culminación exitosa de haber pasado
por las duras pruebas, en las que los seres humanos nos forjamos en
la experiencia vital, en base a miles de reencarnaciones, con el Karma
y el Dharma que se genera en ellas, todo ello para la generación
de un destino Superior.
La venida de aquellos grandes Kumaras produjo un altísimo grado
de espiritualidad en nuestro Planeta, preparándolo bajo la
dirección de estos iniciados, para la instalación de
la Humanidad en la Tierra.
De esta forma, ya preparadas las condiciones ambientales adecuadas
para albergar la vida del nuevo reino, el Reino Humano en la Tierra,
se da paso a “la apertura de la Puerta Iniciática, desde el
Reino animal al Reino Humano”.
Esta apertura en la Tierra supuso, la instauración de la Humanidad
o Cuarto Reino, en la Tierra.
Asuras
Las unidades de conciencia provenientes del Reino Animal, donde “las
almas son Grupales”, entran en el Reino Humano, el 4º Reino de
la Naturaleza en nuestro Planeta, como “Almas Individualizadas”, auspiciadas
por los Ángeles de la Mente, o Ángeles Solares.
Ángel
Solar
Estos Ángeles Solares, se unieron a las nuevas almas individualizadas,
mediante un hilo de luz de materia mental. A partir de ese momento,
cada nueva alma humana será acompañada por un Ángel
Solar, a lo largo de miles de encarnaciones, induciendo en esa alma
humana, recién nacida en el Reino Humano, el Principio Mental.
Este trabajo se puede entender con un símil muy sencillo.
Hay un principio básico de electricidad y física que
se demuestra mediante un trozo de hierro dulce, enrollando en él
una espiral de cobre. Al aplicar corriente eléctrica a ese
hilo de cobre, el hierro se convierte en un imán.
Cuando esta acción se hace de forma prolongada, el hierro dulce
llega a convertirse en un imán permanente.
Este mismo principio es el que se aplica para conseguir que un alma
ya individualizada, sin ninguna inteligencia superior, solo con la
experiencia adquirida en el Reino Animal a lo largo de millones de
reencarnaciones, vaya evolucionando, para llegar a convertirse en
un ser humano inteligente.
Teniendo en cuenta que el ser humano reencarna tanto en cuerpo masculino
como femenino, queda meridianamente claro que el Alma Humana no tiene
sexo, solo toma un sexo determinado al reencarnar, según su
karma y otros factores más que lo determinan.
Conforme el ser humano primitivo, va adquiriendo experiencia con la
mente, ésta va creciendo. Con ella, crece también el
deseo, un deseo de poseer, de ser, de estar por encima de los demás,
de dominar. De esta forma el incipiente cuerpo astral crece también.
Como todo está conectado y no hay nada que ocurra en un plano,
que no tenga repercusión en otros planos, tanto inferiores
como superiores, también se va conectando con el mundo de la
Sabiduría o plano Búdico (el plano de la Luz), que como
se sabe está por encima del plano mental, haciendo crecer también
de forma lenta su cuerpo búdico.
Esta primera Iniciación, llamada de la Individualización”,
supone la implantación de la semilla humana. Una semilla que
irá germinando a lo largo de miles de años y miles de
encarnaciones.
Para que esta semilla, gestada durante periodos de tiempo indescriptibles
en el Reino Animal, germine como un ser humano necesitaba la ayuda
de Grandes Seres. Sin su estrecha colaboración, hubiera sido
imposible semejante empresa.
Por tal razón y para ayudar a la evolución o germinación
de estas semillas, se ofrecieron estos Grandes Seres, los Ángeles
Solares, también llamados, entre otros nombres, los Dianes
de Fuego.
Estos Ángeles, Maestros de todos los Grados, tal y como se
les denomina en los antiguos comentarios, habitan según se
dice, en el mismo corazón del Logos Solar, de nuestro Sol Central.
Para
llevar a cabo tal magna empresa, establecieron un pacto Sagrado con
Dios Uno, para unirse a cada uno de los seres todavía animales,
que entraban en el Reino Humano, hasta que cada alma humana individual
llegase a alcanzar un nivel espiritual, que le permitiese seguir su
gloriosa andadura solo.
Este nivel, se consigue al superar la 4ª Iniciación planetaria,
como explicaré más adelante. En esta Iniciación,
se produce la destrucción del Cuerpo Causal, que es el 4º
subplano del plano mental, por la acción directa de la aplicación
del Sagrado Cetro del Señor del Mundo sobre la cabeza del Iniciado.
Este Camino, desde la entrada en el Reino Humano, podríamos
asemejarlo al nacimiento de un niño y todo el proceso que el
jovencito sigue hasta convertirse en un adulto, hasta cuando entra
en la universidad.
El hecho de acceder a los grados Universitarios Superiores, da fe
del esfuerzo y la capacitación alcanzada en los largos años
de estudio y preparación, con la culminación de la graduación
del último curso de bachiller.
Análogamente, en los planos espirituales, se produciría
la mayoría de edad del ser humano, que a nivel interno supondría
poder entrar de lleno y con total garantía en el Camino de
Retorno al Padre, o Camino iniciático.
Conforme el niño crece, de los 0 a los 7 años, se conforma
el cuerpo físico, de los 7 a los 14 el cuerpo emocional, de
los 14 a 21, el cuerpo mental y de los 21 a los 28, es el periodo
en el que los 3 cuerpos se cohesionan, dando finalmente a los 28 años
una personalidad madura de acuerdo a su propia evolución. Esto
ocurre en cada vida, cada vez que volvemos a reencarnar.
Tiene que quedar claro que esta explicación anterior trata
de ser un simbolismo, aunque anclada en una realidad, que es el crecimiento
de un ser humano. Un simbolismo que intenta explicar cómo la
evolución es un largo proceso de vidas y muertes a lo largo
de millones de años.
Recomiendo la lectura de un magnifico artículo que mi admirado
y querido amigo Juan Ramón González Ortiz ha escrito
sobre la reencarnación.
Es
un trabajo extraordinario, magistral. Lo pueden encontrar en la Revista
NIVEL2 numero 36 de febrero de 2024, Karma y reencarnación
a la luz de la Teosofía, en la página 100.
REENCARNACIÓN
SEGÚN LA TEOSOFÍA
Para los que ya tienen conocimientos esotéricos, este símil
puede provocar cierta confusión, ya que la 1ª Iniciación
Jerárquica se suele presentar con el símil del nacimiento
de Jesús en el portal de Belén.
En este caso, lo presento como el nacimiento de un bebe cualquiera,
sin el símbolo de la grandeza del nacimiento de un gran Maestro
como Jesús de Nazaret, penúltimo Profeta Mensajero de
los 313 que se han enviado a nuestro planeta y uno a uno han marcado
de formas diferentes, el Verdadero Camino para Eternidad.
En realidad, el proceso iniciático no comienza como se conoce
normalmente en las 5 iniciaciones Jerárquicas, comienza en
la entrada al Reino Humano, con la Iniciación de la Individualización.
Como se puede deducir de estas palabras, no puede haber evolución
sin la Reencarnación, no puede haber evolución sin Libre
Albedrio, puesto que ésta es la facultad que tenemos los seres
humanos y ciertas entidades planetarias, para podernos equivocar,
dentro de unos estrechos márgenes. Por lo tanto, para evolucionar
a través del error, que es la única forma de evolucionar.
De la equivocación de nuestros actos se produce el Karma, tanto
el bueno como el malo, ya que también nos podemos equivocar
con buena voluntad. De ahí surge el Dharma o destino de vida.
De este Dharma con su Karma correspondiente, surge la evolución.
Esta puede ser evolutiva o involutiva, dependiendo de los actos.
Si los actos son involutivos, es decir van en contra de la Ley Divina
Universal, la evolución se ralentiza o se podrá llegar
a parar, incluso se retrocederá si se persiste en el error.
De
la película, El abogado del Diablo.
Cuando se persiste obstinadamente en el error, sin el más mínimo
deseo de corregirse, sino que se continua haciendo el mal de forma
consciente y a lo largo de vidas, se puede dar el caso, y de hecho
ha sucedido, de que el Ángel Solar de esa persona corte el
hilo o Antakarana que les une y deje sola a esa alma a su suerte.
Esta “alma” seguirá encarnándose durante algunas vidas,
hasta que agote ciertos aspectos de su existencia.
Este ser, en según qué casos, volverá al Reino
mineral, o Reino Vegetal, o Reino Animal, donde tendrá que
recomenzar su andadura, pero con la conciencia humana que dejó
al abandonar el Reino Humano. El tiempo y el sufrimiento supremo redimirán
ese alma y una vez haya conseguido comprender su situación,
y arrepentido de todos sus actos, podrá volver a entrar después
miles de millones de años, y posiblemente a lo largo de uno
o varios Universos, en el Reino Humano.
A estos actos que van en contra de la Ley, las religiones occidentales
les llamaron pecados.
Es importante aclarar que las leyes establecidas por las religiones
no siempre coinciden con las Leyes del Universo. En muchas ocasiones
son deformaciones producto de mentes controladoras, que abusando del
poder que tienen sobre personas de buena voluntad o inocentes, imponen
ciertos comportamientos coercitivos, muy lejos de la Verdad. Es una
forma de tener controladas a miles o millones de personas, como fieles
seguidores, no de la Divinidad, sino de ciertos líderes.
Pero si nuestros actos van acordes a esta Ley Universal, serán
evolutivos y de esta forma se avanzará más rápido.
La Vida impele al ser humano con una fuerza irresistible, que tira
de él desde muchos puntos y no tiene más remedio que
elegir. La Mente siempre tiene que elegir y tiene que elegir finalmente,
después de que se haya hecho una selección más
o menos meticulosa entre muchas cosas. Finalmente, solo se puede elegir
entre dos cosas, entre dos caminos.
Cuando se llega a las puertas de la 4ª Iniciación Planetaria,
el karma está agotado casi por completo. Recibida la 4ª
Iniciación Planetaria, la de la Crucifixión solo queda
la 5º Iniciación.
Esta Iniciación, se le denomina en la mística Cristiana,
la de “la Resurrección” que como se sabe, se produce al tercer
día de la Crucifixión. Al resucitar libre de la Rueda
de Shanshara o rueda de vidas y muertes, libre ya de todo karma, el
Iniciado, asciende libremente a los Cielos en cuerpo y Alma, sin ningún
peso”.
Sobre estas Iniciaciones hablaremos en los siguientes artículos
de forma más extensa.
J.A.
Revista
Nivel 2, NÚM. 37